El desarrollo científico y tecnológico ha creado varios sistemas para codificar los colores que percibimos. Básicamente se utilizan dos sistemas distintos: el RGB y el CMYK.
El sistema RGB (R=RED, G=GREEN, B=BLUE) es el que se usa para definir el color de las imágenes que se utilizan en los monitores del ordenador y de otro tipo de pantallas. Cada uno de los colores se define como una mezcla aditiva de intensidades de los tres colores primarios: rojo, verde y azul, cuya suma es la luz blanca. Combinando distintas intensidades de cada uno de ellos, se obtiene un color diferente de la gama posible. Para indicar la proporción de cada uno de los tres colores básicos, se asigna a cada uno un valor de 0 a 255. La intensidad de cada uno de los colores básicos o monocromáticos serán (255, 0, 0) para el rojo, (0, 255, 0) para el verde y (0, 0, 255) para el azul. El blanco tendría el valor máximo (255, 255, 255) y el negro el valor mínimo (0, 0, 0).
La figura muestra la mezcla de colores con Photoshop.
El sistema CMYK utiliza tres colores básicos, además del negro. Se añaden a un fondo lumnimoso (blanco) y reducen la luz que se refleja. Es el método que utiliza, por ejemplo, las impresoras. Los tres colores básicos son C=Cyan (cian), M=Magenta (magenta), Y=Yellow (amarillo) y K=Black (negro). Las escalas de color suelen utilizarse con una numeración de 0 a 100. Hay, por tanto, 101 opciones para cada tonalidad. Mientras que en el sistema anterior el negro era la ausencia de color y el blanco la suma de colores, aquí es al contrario; el blanco es la ausencia de color y el negro la suma de los tres colores básicos o el negro en sí.
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