Un instrumento utilizado habitualmente para generar situaciones de azar (de ahí la multitud de juegos diferentes) son las barajas. Hay dos grandes tipos, las llamadas española e inglesa. Ambas han calado hondo en el imaginario colectivo, porque son, como todos los grandes juegos, modelos de situaciones sociales reconocibles.
La baraja española es una estilización de la sociedad medieval, con cuatro palos, oros, copas, espadas y bastos, que representan a los cuatro estamentos fundamentales de la misma: la burguesía (o comerciantes, con el oro de las monedas); el clero (con la copa de las celebraciones litúrgicas); la nobleza (con la espada de los caballeros) y el campesinado (con el basto o la estaca que usan en sus trabajos manuales). Tiene 40 cartas, con 10 en cada palo, de las que 3 (sota, caballo y rey) son las figuras.
La baraja inglesa es una estilización del paso del tiempo, concretada en lo que pasa en un año. Los 4 palos representan las 4 estaciones; como en cada uno hay 13 cartas, en total son 4 · 13 = 52 cartas, como las 52 semanas de un año. Si se suman los números de cada palo (1+2+3+....+12+13=91), se multiplica por los cuatro palos y se le suma el comodín se obtiene 365 (4 · 91 + 1 = 365), que con los 365 días del año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario